martes, 1 de marzo de 2011

¡Salve padre de la patria!



Por Bienvenido Matos Pérez

Un dia como el 27 de febrero la patria se levanta vistiendo sus mejores atuendos, Motivada a rendir tributo de reconocimiento a sus creadores, a sus hijos mas preclaros a los que dieron de sus vidas lo mejor para lograr la misión añorada de patria libre o morir, anhelo que pareció aveces quimera pero que se hizo realidad el día 27 de febrero del 1844, la independencia nacional nació al concierto de las naciones libres gracias al disparo de Ramón Matías Mella, golpe certero que avivó la conciencia de los dominicanos sobre la empresa liberadora.

La Patria no nos vino del aire, no fue un regalo de la naturaleza, no fue el sueño de cuatro o cinco visionarios que enamorados de la libertad encendieron velas a los dioses para que esta fuera una realidad, !no! La nación que surgió del sentimiento mas profundo de los hijos de esta tierra fue el producto de la intelección, del profundo amor, que sobre esta tierra acariciaron los patriotas que al precio de su propia existencia supieron interpretar su papel y con jugar su amor por la libertad al precio de comprometer sus sueños y todos sus ideales a la causa dominicanista.

¡Santo Domingo será libre de toda potencia extranjera o se hunde la isla! Cuantas grandezas entrañan estas palabras para quedar grabadas, lapidada en el corazón de los buenos dominicanos.

Duarte supo de patria en otros mundos, en otras latitudes viendo los hombres y las mujeres crecer, desarrollar sus talentos y puestos estos al servicio de su pueblo, produciendo riquezas y estas puestas al servicio del interés nacional.

Patria para Juan Pablo Duarte y los trinitarios significaba mas que una simple pasión, mas que una mera intención ellos plantaron una constitución y crearon una bandera para que ondeara en los limpios e insondable cielos dominicanos.

Por ello el reconocimiento generalizado, la devoción y el perenne recuerdo a quien se ha llamado con justeza !Padre de la patria! de Duarte se a escrito y hablado mucho, al referirse a su obra trascendental Emiliano Tejera historiador dominicano escribió: el dominicano de gloria mas pura así como también el mas grande entre los fundadores de la patria por la alteza de su concepción, la fecundada de su labor, su desinterés y su abnegación imponderable.

Otro que escribió de forma laudatoria sobre su vida lo fue Don Manuel Arturo Peña Batlle al decir: Duarte es el fundador de la Republica y el forjador de la conciencia nacional.

Por igual a Apolinar Tejera dijo: el más vilipendiado de nuestros próceres por haberse sacrificado ejemplarmente para darles a sus conciudadanos el don supremo de una patria libre.

Juan Pablo Duarte fue también como todos los fundadores de Patrias un hombre de esclarecida inteligencia y de altos y luminosos pensamientos, en el se dieron como por un raro misterio las coincidencias que se dan entre un ideal y un pueblo cuando ese ideal y el hombre que los levanta cual bandera grávida de luces, de colores, de sentimientos, cuando el hombre que los encarna es en si mismo la continuación de ese ideal de patria libre y soberana.

Hablar de Juan Pablo Duarte el 27 de febrero es como volver a entonar el himno que cantaron los que construyeron con el la república, es volver a colocar piedra tras piedra con las manos encallecidas por el trabajo pero guiadas por un profundo sentimiento de libertad, es homenajear el valor de los hombres de quien Duarte fue tan solo guía.

Como todo prócer verdadero duarte no pidió nunca nada, nunca dio muestra de mayor aspiración que a la libertad de su pueblo y en esa empresa lo sacrifico todo hasta su propia vida, cuando estuvo convencido de los graves peligro que lo acechaban nunca rehuyó a sus responsabilidades, ni tampoco aminoro su propósito antes al contrario mientras mas dura fue la represión de los invasores haitianos mayor fue su compromiso. Su vida se puede resumir en ser el creador de las instituciones llamadas a formar la conciencia de los dominicanos y el a sensibilizar el corazón de sus amigos para hacerlos participe al sagrado ideal de la libertad, trabajando con fe y entusiasmo en la obra gigante de la liberación y la regeneración de su pueblo.

Cuando los preparativos para la proclamación de la independencia estaban consumado y que a tono con la precauciones que se habían tomado resultarían un éxito total, aunque Duarte no estuvo presente, él en su persona desde el exilio al que forzosamente fue sometido por los invasores, alimentó con su pensamiento, con sus ideales revolucionarios la empresa a punto de germinal.

Un disparo de fusil fue la señal convenida, la puerta del conde el histórico baluarte escogido por la historia como símbolo de la dominicanidad fue el lugar escogido para el grito sacro santo de Dios, Patria y Libertad y desplegar a los cuatro vientos la bandera de la cruz.

Eran aproximadamente la diez de la noche, fue el 27 de febrero del 1844 cuando el disparo de mella anuncio al mundo el nacimiento de la republica dominicana, de alguna forma que hoy no podríamos explicarnos debió duarte sentir en su pecho, en su corazón curtido de patriotismo el disparo de mella, y en la lejanía debió acercar sus manos a los hombres y mujeres que llenaron los cielos dominicanos con su arrojo, ¡de la palabra libertad!.

Como padre al regresar al suelo de sus amores, a la tierra de sus desvelos solo quiso ser un ente de unidad, de reconciliación, fue el pueblo quien lo llamó padre de la patria y con ello lo consagro como el autentico padre y fundador de la nación dominicana.

Preservar su pensamiento, divulgar su ideal es y debe ser la tarea de todo buen dominicano.

¡Loor a Duarte y con el a todos los trinitarios que cumplieron con la misión de patria libre o morir!

El autor es abogado y poeta

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